Enero.

Estuviste 3 años presente sin que me diera cuenta, i luego de un día de Enero, haces que vuelva a escribir.

 i claro, ahí estábamos el 2 de Enero, en una cafetería bonita (“amor porteño”), en Cerro Alegre, donde todo era de ese color celeste pastel que siempre me ha gustado, donde los espejos eran enormes, donde el helado i el barquillo sabían mas especial de lo normal, donde nuestros rollos emocionales del mes anterior estaban presente. Al rato estábamos en las rocas frente a los lobos marinos en el Muelle Barón, yo los llamaba “abuelos obesos parapléjicos”. Luego nos volvimos a ver, ya en Color Café, tomándonos un chocolate caliente, pero qué rico estaba! i ahí estabas, ayudándome en el diseño de un logo, enseñándome ciertas cosas, (es algo que adoro de ti), al rato corrimos por esas callecitas, quería ver si me atrapabas, i sí… lo hiciste. Ya en la noche sentados en unas escaleras interminables en medio de Cerro Alegre, hablando de la vida, de tu vida, de tu pasado, de tus experiencias, de esas idas de la nada a otros países con la idea de encontrar algo, o simplemente para vivir nuevas cosas, lo cual encuentro genial, te conté mis vivencias, mis deseos, i mis miedos pasados. (Tú lo hacías tan fácil). Me pediste un abrazo, el que provocó un latido fuertísimo en mi corazón (el cual aun no olvido) esa, reacción que me dejo curiosa los siguientes días. Luego nos vimos en Viña, donde caminamos bastante hasta que por fin llegamos donde queríamos estar, en el pasto. La cercanía aumento i las ciruelas rojas eran mis favoritas, tu observabas como mi niñez afloraba con la dulzura de la ciruela i ahí me tenias, abrazada sin disimular nada, mientras me contabas una historia con un final totalmente predecible! Mas tarde en una cafetería de Calle Valparaíso, donde el chocolate caliente no sabía como antes, pero daba lo mismo, porque me gusto mas como te expresabas, i claro, lo loco fue terminar en la famosa Subida Ecuador, tomándonos unos Margaritas hablando de temas de mas alto contenido. Ese día tu mano ya era mía i a estas alturas ya me era necesario verte. Luego de mi viaje a Santiago, me fuiste a buscar al Terminal, donde te presente a mi padre i me presentaste el famoso Trova, me entregaste el regalito que me habías hecho, recuerdo que tenia tu olor, incluso tus texturas, me encanto, me hablaste de lo que sentías, nervioso i ansioso como un pequeño niño, mientras sonaba música de Gepe. A los días te presente a mis amigos, i nos fuimos a bailar a la Sala, luego nos fuimos a tu casa, donde te bese por primera vez, tus manos, i tu piel eran suaves… fue tan lindo amanecer contigo. A los días fuimos a perdernos entre los árboles i arroyos de la Quinta Vergara, explorando como comandos, mas tarde, a la Feria del Libro, donde saliste escapando de la sección religiosa como quien se espanta de una enorme serpiente anaconda hambrienta!! haha. Pero nosotros estábamos en busca de un libro totalmente distinto a lo religioso no? Mas tarde me presentaste a Edith, i nos fuimos a un desfile de modas independientes en Aníbal Pinto lleno de gente laiss shuer haha tragi-cómico la verdad. El domingo siguiente nos acompañaste a mi papa i a mi en el Jardín Botánico, en una gran sesión de Jazz, el Natur fue imprescindible! a la noche comentábamos el día en el Alimapu junto a unas chelas, donde te descoloque con un besito de la nada. Me volví a quedar en tu casa donde vimos “500 days of summer” i “black swan”, me enseñaste algunas técnicas, i comencé a contar tus lunares, donde dormimos media hora porque sin darnos cuenta ya había amanecido!. Luego a los días fuimos con la Edith al Ritual por un maravilloso vino con frutas de duraznos i naranja, lo amé. Te bese en Bellavista. Donde planeamos organizar nuestra “primera Cena” en tu casa, para el sábado siguiente…